-MONARQUÍA - REPÚBLICA-
Podemos definir una monarquía
como un régimen político en el que existe un rey (o reina), y este (o
esta) desempeña algún tipo de función en el Estado.
Pero existen muchos tipos de monarquía. Simplificando podemos
diferenciar cuatro tipos de monarquía que se han dado a lo largo de la historia:
feudal, autoritaria, absoluta, constitucional, y parlamentaria.
La monarquía feudal es
aquella que existía en Europa en la Edad Media: se caracteriza porque el poder
está en manos de la nobleza, y el
rey es el principal de entre los nobles pero un noble más (es el primus inter pares, el primero entre
iguales). Tiene un poder sobre los nobles escaso, más simbólico que real. Y, a
su vez, debe vasallaje al emperador y al papa.
La monarquía autoritaria
surge en torno al Renacimiento y los orígenes del mundo moderno. Los reyes comienzan a someter a la nobleza, y
crean órganos burocráticos para gestionar el poder. Inician el proceso de
centralización del Estado.
Las monarquías absolutas
surgieron a partir de las monarquías autoritarias. Se caracterizan porque el rey
concentra en sus manos todo el poder, que no comparte con nadie, ni reconoce
ningún poder superior (sea el emperador, sea el papa): el rey se identifica con
el Estado.
Una monarquía constitucional
es aquella en la que el rey detenta el poder ejecutivo, pero limitado por una
Constitución (es decir, el ejercicio de su poder está limitado por una leyes fundamentales
que tiene que respetar obligatoriamente).
Una monarquía parlamentaria
es aquella en la que el rey ejerce la función de Jefe de Estado, pero sus
decisiones son controladas por el parlamento y el gobierno. Un ejemplo de
monarquía parlamentaria es la española actual.
Una monarquía parlamentaria no se diferencia gran cosa de un régimen
republicano. De hecho muchas monarquías parlamentarias cumplen más fielmente
con lo que es el ideal republicano de organización del Estado que algunos
regímenes denominados republicanos. (Por eso algunos se refieren a las
monarquías parlamentarias como «repúblicas coronadas»).
***
El término castellano «república»
procede del latín respublica (= la
cosa pública, lo público).
Hoy en día se puede definir la república
como el régimen político en el que los individuos tienen la consideración de ciudadanos, lo que quiere decir que
están sometidos a la ley, no a otros individuos, y son iguales ante la ley.
Hoy también solemos contraponer república
a monarquía. Pero dado que la
mayoría de las monarquías vigentes (al menos en Europa) son monarquías parlamentarias (véase), y en
tales monarquías los individuos también tienen la consideración de ciudadanos y son iguales ante la ley,
la única diferencia reside en que en las monarquías parlamentarias el Jefe del
Estado es un cargo vitalicio y hereditario, mientras que en las repúblicas el
Jefe del Estado es elegido por un periodo limitado de tiempo, como el resto de
los cargos políticos.
En otras épocas el término república se empleó con otros sentidos. Por
ejemplo, Francisco de Vitoria, en el
siglo XVI, y Hobbes, en el siglo
XVII, usaba la palabra república y Estado como sinónimos: todo Estado sería,
por lo tanto, una república. Kant,
en el siglo XVIII, contraponía gobierno
republicano a gobierno despótico:
un gobierno republicano es, según la
denominación kantiana, aquel en el que hay separación
de poderes; el gobierno despótico
es aquel en el que no hay tal separación.
Según la concepción kantiana una monarquía constitucional o parlamentaria sería
un régimen republicano, pero no lo sería una monarquía absoluta.
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