miércoles, 6 de enero de 2016

-IMPERATIVO-(IMPERATIVO MORAL - IMPERATIVOS HIPOTÉTICOS Y CATEGÓRICOS - EL IMPERATIVO  CATEGÓRICO KANTIANO)

Un imperativo es la expresión de un mandado. (Ejemplos de imperativos son: «¡Vete de clase!», «No debes robar», «Si quieres tener salud debes seguir una dieta equilibrada»).
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Algunos sistemas éticos, como la ética kantiana, consideran que la conducta moral es aquella que se lleva a cabo «por deber». Por eso consideran que las normas morales deben expresarse mediante imperativos. Ejemplos de imperativos morales serían: «Debes tratar a los demás como quieres que te traten a ti», «No debes robar».
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Los imperativos pueden ser hipotéticos o categóricos.
Un imperativo hipotético es aquel tipo de imperati­vo que expresa un mandato condicionado. Por ejemplo: «Si quieres ganar el cielo debes ser compa­sivo», «Si quieres ser feliz debes evitar los excesos».
Un imperativo categórico es aquel que expresan un mandato absoluto, sin condi­ciones. Por ejemplo: «No debes robar», «Debes obedecer las leyes».
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Kant sostiene que lo que convierte a un imperativo en imperativo categórico no es el contenido, sino la voluntad con que se lleva a cabo.
Así, por ejemplo, si acepto como imperativo categórico para guiar mi conducta el de que «No debes robar», tal imperativo solo tiene un valor absoluto si lo cumplo porque asumo que «debo» cumplirlo, sin más condiciones. Si cumplo con dicho imperativo porque tengo miedo que me descubran y me lleven a la cárcel, o a que la gente me desprecie, en ese caso ya no funciona como un imperativo categórico, con un valor absoluto. (Pues el imperativo que estoy siguiendo en realidad es otro, es el imperativo: «Si no quieres acabar en la cárcel no debes robar»). Es decir, lo fundamental para que este imperativo funcione como imperativo moral no es el hecho de no robar, sino lo que mueve mi voluntad a no hacerlo.
Por eso, lo que hace del imperativo un auténtico imperativo categórico, y, por tanto, un imperativo moral, es la voluntad con la que acato ese imperativo. Si lo acato con la voluntad de cumplir con el deber, funcionará como un imperativo categórico. Si lo acato por las consecuencias será un imperativo hipotético camuflado, sin valor moral.
Por eso, como el contenido es lo de menos, y lo que importa es la voluntad con la que cumplimos el imperativo, Kant se propone encontrar un imperativo que indique la vo­lun­tad con la que debe ser llevada a cabo una acción, prescindiendo de todo contenido o materia, prescindiendo del fin.
A este tipo de imperativo se le conocerá posteriormente como imperativo categórico kantiano. Kant propone varias versiones de un imperativo que se ajuste a estas características, que se pueden reducir a dos: (1) «Debes actuar de modo que puedas querer la máxima de tu acción como una ley universal». (2) «Debes tratar a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y no solo como un medio».

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