-IMPERATIVO-(IMPERATIVO MORAL - IMPERATIVOS HIPOTÉTICOS Y CATEGÓRICOS - EL IMPERATIVO CATEGÓRICO KANTIANO)
Un imperativo es la expresión
de un mandado. (Ejemplos de imperativos son: «¡Vete de clase!», «No debes robar»,
«Si quieres tener salud debes seguir una dieta equilibrada»).
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Algunos sistemas éticos, como la ética kantiana, consideran que la
conducta moral es aquella que se lleva a cabo «por deber». Por eso consideran que las normas morales deben expresarse mediante imperativos. Ejemplos de imperativos morales serían: «Debes tratar
a los demás como quieres que te traten a ti», «No debes robar».
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Los imperativos pueden ser hipotéticos
o categóricos.
Un imperativo hipotético es aquel tipo de
imperativo que expresa un mandato condicionado.
Por ejemplo: «Si quieres ganar el cielo debes ser compasivo», «Si quieres ser
feliz debes evitar los excesos».
Un imperativo
categórico es aquel que expresan un mandato absoluto, sin condiciones. Por ejemplo: «No debes robar», «Debes
obedecer las leyes».
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Kant sostiene que lo que
convierte a un imperativo en imperativo
categórico no es el contenido, sino la voluntad
con que se lleva a cabo.
Así,
por ejemplo, si acepto como imperativo categórico para guiar mi conducta el de
que «No debes robar», tal imperativo solo tiene un valor absoluto si lo cumplo
porque asumo que «debo» cumplirlo, sin más condiciones. Si cumplo con dicho
imperativo porque tengo miedo que me descubran y me lleven a la cárcel, o a que
la gente me desprecie, en ese caso ya no funciona como un imperativo categórico,
con un valor absoluto. (Pues el imperativo que estoy siguiendo en realidad es
otro, es el imperativo: «Si no quieres acabar en la cárcel no debes robar»). Es
decir, lo fundamental para que este imperativo funcione como imperativo moral
no es el hecho de no robar, sino lo que mueve mi voluntad a no hacerlo.
Por
eso, lo que hace del imperativo un auténtico imperativo categórico, y, por
tanto, un imperativo moral, es la voluntad con la que acato ese imperativo. Si
lo acato con la voluntad de cumplir con el deber, funcionará como un imperativo
categórico. Si lo acato por las consecuencias será un imperativo hipotético
camuflado, sin valor moral.
Por
eso, como el contenido es lo de menos, y lo que importa es la voluntad con la
que cumplimos el imperativo, Kant se propone encontrar un imperativo que indique
la voluntad con la que debe ser
llevada a cabo una acción, prescindiendo de todo contenido o materia,
prescindiendo del fin.
A este tipo de imperativo
se le conocerá posteriormente como imperativo
categórico kantiano. Kant propone varias versiones de un imperativo que se
ajuste a estas características, que se pueden reducir a dos: (1) «Debes actuar
de modo que puedas querer la máxima de tu acción como una ley universal». (2) «Debes tratar a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier
otro, siempre como un fin y no solo como un medio».
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